Al llamado Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación, nosotros añadimos “Empresa” (SECTIE).
En ello se resume nuestro reto y fin fundacional: MÁS Ciencia, MÁS Conocimiento; MÁS Innovación y Tecnología, MÁS ideas y oportunidades para las Empresas. Es la base de una economía fuerte y sana.
“Transferencia” es un concepto vacío si no lo llenamos de contenidos bidireccionales entre la Academia (Universidades, OPIs, Institutos investigadores…) y el tejido productivo.
Tenemos que identificar nuestras fortalezas investigadoras y empresariales y aproximar ambas en busca de una mayor masa crítica y capacidad de competir.
Apostamos por las transformaciones precisas que faciliten el conocimiento e interacción entre TODOS los actores del SECTIE. Todos deben conocer las capacidades e intereses de los demás para favorecer así la propuesta, la construcción y el desarrollo conjunto de proyectos.
Tenemos que identificar nuestras fortalezas investigadoras y empresariales y aproximar ambas en busca de una mayor masa crítica y capacidad de competir. Sobre todo, en aquellas áreas en que somos estratégicamente MÁS competitivos: medioambiente y nuevas energías, alimentación, salud, sociedad, química, física, aplicaciones tecnológicas, turismo, automoción, construcción, etc.
Los casi 300 científicos y científicas, Consejeros de la Fundación GADEA por la Ciencia, integrados en doce áreas de conocimiento, www.gadeaciencia.org , sabemos que España posee académicos e investigadores, jóvenes y menos jóvenes, en nuestro territorio o allende nuestras fronteras (50 son miembros de la F. GADEA), con un gran talento reconocido globalmente y capaces de producir conocimiento de calidad situándonos como país en el undécimo puesto mundial. Pero también sabemos que poseemos infraestructuras y tecnología instalada de primer nivel que pueden facilitar nuestra competitividad investigadora en diferentes sectores.
Además, sabemos que tenemos un tejido industrial capaz de asimilar los conocimientos e innovaciones para fabricar productos de todo tipo y generar riqueza que redunden en un mayor desarrollo, crecimiento y bienestar social.
Y, para cerrar el círculo, somos conscientes que podríamos atraer cuantiosas inversiones financieras si logramos ensamblar nuestras capacidades investigadoras y productivas y poner proyectos de calidad sobre la mesa.
Ahora bien, hay un aderezo imprescindible: necesitamos un marco normativo estable y competitivo más la firme convicción social y política en que podemos y necesitamos hacerlo. Sólo de esta forma facilitaremos el mayor atractivo y compromiso inversor de las administraciones y sobre todo del sector privado.
En tiempos de COVID no estamos para declaraciones más o menos acertadas y altisonantes, sino ante la NECESIDAD imperiosa de quitarnos los “complejos” y empezar la marcha hacia un futuro mejor entre todos.
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