Unos de los sectores económicos españoles más competitivos a nivel mundial es el sector agroalimentario. En 2009, cuando se desencadenaba la crisis financiera en España y el PIB disminuía el 4% ese año, el valor de las exportaciones agroalimentarias era de unos 26.000 millones de €. A pesar de que en los cuatro años siguientes el crecimiento del PIB fue negativo, las exportaciones agroalimentarias aumentaron anualmente de forma lineal hasta duplicarse diez años más tarde, alcanzando un valor de más de 52.000 millones de € en 2019. Dichas exportaciones fueron una palanca muy importante para sacarnos de la crisis de 2008, si bien no muy conocida por el gran público.
Big Data, sensores remotos y nuevos sistemas de apoyo a la toma de decisiones para aumentar la productividad y la sostenibilidad del sector.
Mi propuesta es volver a duplicar el valor de nuestras exportaciones agroalimentarias en los próximos diez años. ¿Cómo lo haremos? Aumentando la productividad del sector y asegurando su sostenibilidad. El aumento de la productividad vendrá, sobre todo, de la mano de la digitalización, proceso que está comenzando y habrá que impulsar mediante el uso de Big Data, sensores remotos y nuevos sistemas de apoyo a la toma de decisiones. Teniendo en cuenta que nuestro sistema productivo se basa en el regadío, su sostenibilidad debe asegurarse garantizando el suministro de agua a la agricultura, a la vez que se completa la modernización del regadío para poder optimizar el uso del agua en la agricultura de riego. Ello permitirá también aumentar la resiliencia del sistema ante las sequías que pueden producirse en los próximos años.
Naturalmente, es imperativo continuar mejorando la comercialización y las cadenas de valor de nuestros productos, en particular la del aceite de oliva donde somos el primer productor mundial con casi el 50% del total.

Añadir comentario