La crisis del CoVID-19 ha obligado al cierre de los centros educativos de todos los niveles, forzando una transición abrupta de la enseñanza presencial a la enseñanza on-line. La incertidumbre sobre el futuro sugiere que quizá la pandemia haya sido el catalizador para terminar con el modelo tradicional de enseñanza, y llevar a un modelo dual, en la que la transmisión presencial se combine fuertemente con el trabajo on-line. 

 

Esta transición puede ser, sin embargo, una fuente adicional de desigualdad social, debido a la falta de acceso adecuado al trabajo virtual por parte de los niños de las familias más vulnerables, que añadirían la pobreza digital a sus otros ámbitos de escasez. Por otro lado, las diferencias existentes en el acceso a medios docentes virtuales por parte de los centros, podría acentuar las diferencias en formación, no sólo a nivel de renta y educación de los padres, sino también entre las comunidades autónomas.

 

En este sentido, es urgente conseguir: (1) que todas las familias tengan acceso a internet, (2) que todos los escolares dispongan de dispositivos de acceso, (3) que todos los centros de enseñanza dispongan de conexión, medios y software adecuadas, (4) que el profesorado tenga la formación necesaria para el uso eficiente de estos medios. Finalmente, los currícula deberían reformularse con vistas a un cambio más profundo y duradero en el tiempo, aprovechando el conocimiento sobre estos sistemas de enseñanza a todos los niveles. Por suerte, disponemos de la mayor red de fibra de Europa. ¡Aprovechémosla!

Añadir comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *