El entendimiento, la cooperación y la innovación son hoy más importantes que nunca.

 

De cómo sean los planes de recuperación y reactivación de la economía, saldrá una sociedad u otra.

 

Para aportar ideas que contribuyan a diseñar el futuro, el objetivo que tendríamos que marcarnos es construir economías y sociedades más resilientes. Esto nos permitirá estar preparados para afrontar los desafíos futuros de toda índole.

 

Propongo dos pilares:

 

– Impulsar la innovación como un vector claro de recuperación económica en todos los ámbitos. En concreto en el sector energético, innovación en aras de la descarbonización y la eficiencia energética. Descarbonización, de forma realista, con prioridades claras y sin olvidarse nunca de la seguridad energética. Dar la espalda a la emergencia climática no es una opción. La hoja de ruta que ofrece el Green Deal de la Comisión Europea describe este camino porque es clave que la reactivación económica no comprometa el crecimiento a largo plazo. La Comisión Europea ha presentado su Recovery Plan con un foco específico en el sector energético. El hidrógeno limpio es un claro protagonista de este plan con un compromiso de producir un millón de toneladas de hidrógeno verde.

 

– Una política industrial fuerte en Europa. El COVID-19 ha evidenciado el papel esencial de muchas industrias. Nuestra industria tiene que ser sólida, sostenible e independiente. Y eso se logra fortaleciendo el tejido industrial, diversificando las cadenas de suministro y relocalizando activos industriales.  Para ello, es fundamental acelerar el plan de inversiones, siempre teniendo en cuenta el efecto multiplicador de la colaboración público-privada. Las empresas tenemos la responsabilidad de ser agentes proactivos en la reactivación económica y en la generación de empleo.

 

Como una propuesta concreta en el caso de España que une innovación, descarbonización y desarrollo industrial: disponer de una Hoja Ruta del Hidrógeno puede constituir un vector de la recuperación. Establecer desde el eje Mediterráneo la primera cadena de producción y transporte de hidrógeno verde a gran escala para descarbonizar más sectores y fortalecer el sistema energético europeo.

 

En conclusión, la innovación para el liderazgo climático apoyado en el fortalecimiento industrial, pueden ser dos ejes para diseñar un futuro en el que es clave que nadie se quede en el camino.

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