La reciente crisis sanitaria ha agudizado uno de los principales problemas de la economía española, el desempleo. Las consecuencias son devastadoras, entre otras, a nivel social y contribuyen a polarizar la sociedad e incrementar la desigualdad. Con la actual incertidumbre económica, se ha perdido gran parte de la generación de empleo de los últimos años y para determinados sectores de actividad, la recuperación será aún más lenta.


Hay que admitir, que ya se venía arrastrando un problema al que me gustaría referirme. De un lado las altas tasas de desempleo juvenil, y de otro, la escasa empleabilidad de determinados colectivos de profesionales, en particular los mayores de 55/60 años, con una sólida experiencia, pero en situación de desempleo, y que precisan adaptarse a las nuevas necesidades del mercado laboral (lo cual es particularmente grave considerando las altas tasas de longevidad en nuestro país).


Los perfiles tecnológicos y digitales son cruciales para el éxito de los procesos de transformación, sin los cuales el tejido empresarial español difícilmente puede mejorar su competitividad.


Ahora bien, no es cierto que no exista creación de empleo alguna ni que haya dejado de existir demanda de determinados colectivos de profesionales. Por mi experiencia como consejera y asesora de compañías tecnológicas, percibo una clara asimetría, de la que debería hablarse más y actuar con más contundencia: la cantidad de talento que precisan tanto las compañías tecnológicas así como las empresas que están inmersas en procesos de transformación digital, que son la mayoría, y la escasez de oferta de perfiles para cubrir dichas necesidades. No pensemos que esta circunstancia se limita al segmento de las grandes corporaciones, ya que este fenómeno es crítico a su vez para la supervivencia y crecimiento de las pequeñas y medianas empresas y, como no, para las consultoras que participan en estos procesos.


Los perfiles tecnológicos y digitales son cruciales para el éxito de los procesos de transformación, sin los cuales el tejido empresarial español difícilmente puede mejorar su competitividad.


Han surgido muchos trabajos diferentes en los ámbitos de análisis y tratamiento de datos, seguridad de la información, ciberseguridad, inteligencia artificial…, pero faltan profesionales preparados. Estos perfiles son escasos y existe una alta demanda por los mismos. Algunos de estos profesionales llevan toda una vida dedicada a la tecnología y son perfiles muy demandados y bien remunerados. Pero esto no es así, ni mucho menos en todos los supuestos, ni aplica a la totalidad de las necesidades de selección de personal. A modo de ejemplo, los estudiantes que se incorporan al mundo laboral provenientes de carreras con alto enfoque en Data analytics tienen un porcentaje de empleabilidad cercano al 100%.

Claramente un factor que potencia la empleabilidad es el incremento de capacidades y habilidades digitales, y la buena noticia es que éstas pueden aprenderse.


Propuesta: mejorar las opciones de empleabilidad de dos de los colectivos más afectados y vulnerables de cara al desempleo (jovenes, y mayores de 55-60 años) a través de acuerdos estratégicos entre las grandes companías y consultoras tecnológicas, y centros de formación especializados (universidades, business schools, institutos de formación digital, e incluso capacitación especializada facilitada por las propias compañías tecnológicas).


De cara a la ejecución sería conveniente analizar dónde existen los principales gaps de oferta y demanda existen, contar con un par de locomotoras entre los dos grupos de actores arriba mencionados, y diseñar un programa que pudiera venir, idealmente, acompañado para facilitar acceso a ofertas de trabajo en dichas compañías o en su ecosistema de partners.

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